Verdes valles
Efímeras gaviotas
En el etílico deambular de tu espalda
Noches inconexas
Duelo de hadas
Más allá de la embriaguez de tu mirada
Morena sonriente
Esclava dorada
Te quiero más allá
De las leyes dadas
Ojos extremadamente negros
Flor añil de mil rosas
Fluye en nuestro desdén
Desorden y causas
Velo por el pliegue de una mueca
De ti mi dama esbelta
Oscura como todas
Abierta y soleada
Para pensar que juegas
Con mi corazón de madrugada
Si por escribirte poesía maricón me llaman
Prefiero sollozarte y dormir en tu almohada
Y surgen duendes trasgos y algún troll
Que de la imaginación surgieron murallas
Tras el peso acorde del alcohol
Un mundo se abrió
Se cierra la amarga lucha de un lugar sin ti
Donde otros al verme contigo, claman venganza
Pero si por solo amarte fuera
Con todo lo que eso conlleva
Que el dinero arda
Porque la vida quema
Que la música no frene
Hasta que la tierra tiemble
En ese esplendor de losa de cera
Que derrite una pena
De aire, agua y pena
Como aquel esoterismo de las quimeras
El de los cientos de bares que venden
Cerveza, barrejat y almejas
Tan borracho de tus caderas
Semblantes a las de las estatuas de las diosas griegas
Como columnas blancas
Pulidas y esbeltas.
Poesía Manu Cueva Poveda.
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