jueves, 16 de mayo de 2013

Piso de alquiler.


La curiosidad quedó encerrada
Como el canario del vecino en aquella pequeña jaula
que saca al Sol los inviernos
todas las mañanas

No hace falta buscar inspiración
lejos de tu corazón
cuando cerca del suelo
hay sembrados montañas de recuerdos
de nublados desvelos


En montoncitos acumulados
cuyos brotes no se pueden cortar
que trepan por la memoria
como la mona de Tarzán

Después empezar a tender la ropa
sin mezclar la tuya con la mía
colgando la tuya en las primeras barras
y la mía detrás
con agujeros de polilla

y comienzas a reír
con tu sonrisa esmeralda y blanca
para que las chispas del calentador
abrasen el agua

de paso caldeas el ambiente
con un vaho continuado
que empaña los cristales de mis gafas
El comedor y el baño

Y cada chispa del calentador prende una llama
en su agujerito te asomas
para ver arder en hileras de diez tu ejército
de corazoncitos abrasados como patatas

que con tus manos controlas
para luego darme el helado
coger tu mano
y sentarme a tu lado para ver
la reposición de mil series encontradas.
Poesía Manu Cueva.

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