Muy bien para comenzar Petunia enséñame los tomates que has
comprado… ¡ah! Excelentes tomates ahora te enseñaré a pelarlos de forma
adecuada ¿Te has pintado las uñas como te dije?... ¡Perfecto! Ahora te enseñaré
a sujetar el cuchillo, el cuchillo tiene que ser una misma extensión de tu
cuerpo, si lo sujetas con fuerza tu balanza de sentimientos no está equilibrada
y por lo tanto al pelar el tomate, las vitaminas escaparán porque no
emulsionarán de forma acorde a tu éter (El líquido amniótico del ser o alma) el
mango del cuchillo, debe flotar suavemente entre la misma suavidad de la piel
de tus dedos al mismo tiempo la sensación que conseguirás centrando tus
sentidos llevados por los ecos de los consejos culinarios de mi voz guiarán de
forma que conectarás tus papilas gustativas que a su vez llevadas por tu vista
fija hacia el brillo del jugoso tomate, segregarán fuertes cantidades de saliva
dentro de tu paladar, ahora tienes dos maneras de proceder, dejar resbalar un
poco de saliva por tu barbilla para evacuar el exceso de saliva poco a poco,
cosa que te hará elevar aún más si cabe tu alma para conseguir pelar el fruto
con éxito pero sin manchar la tabla donde lo vas a cortar para no mezclar tu saliva
con el tomate antes de comer por ello tendrás que alejar la cabeza una
distancia prudente… Sentirás algo normal mientras conectada a la vida de
sentimientos del fruto (Tomate) un hormigueo de hambruna selectiva que hará
vibrar con un poco de picazón la campanilla del velo del paladar. No olvides
que no existe el tiempo por eso he quitado todos los relojes de esta sala, el
principio requiere calma total con el tiempo lo harás más rápido pero ahora es
importante, muy importante que el tiempo se detenga que no exista en este
espacio y que ni siquiera notes que yo existo, que el susurro de mi voz que te guía
no es una persona si no solamente una voz que te guía a la que no le darás
rostro ni vestuario. Volvemos a la picazón de hambre que hormiguea en tu
estómago que a su vez recorre por los nervios de tus arterias en este momento
tienes que ser tan sensible, tan sensible que reconocerás intrínsecamente todo
el fluir de sangre limpia como un ligero cosquilleo que recorre tu brazo. Si
notas que se escapa una gota de lágrima por el lacrimal de algunos de tus ojos,
no dejes que rompa lo que llamaremos la concentración, déjala resbalar por tus
mejillas pero siente su humedad resbalando, si esta cae por la comisura de tus
labios sórbela y saborea su salinidad sin que te distraiga de tu cometido ahora
sentirás que la piel del tomate se desprende sin que haya un cuchillo en tu
retina, por lo tanto en tu mente solo visionas las vitaminas emulsionando
deliciosas en el jugo del tomate las vitaminas que alimentarán a tu familia y a
ti misma con todos los nutrientes del alma de un ser vivo vegetal.
¡Bueno basta por hoy, se acabó la clase! ¡Mañana más! Hasta
luego Petunia.
Petunia: …Ta luego profesor.
Texto Manu Cueva.
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