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| Foto hecha por mi para ilustrar el blog. |
Pocho y yo (Pocho es el de la bufanda y los cuernecitos) nos
encontramos en villa piedra un pueblecito cercano donde hemos ido de verbena
donde también hemos encontrado a Petunia en bastante mal estado… Según nos han
contado sus amigas se había tomado varias botellas de licor de mora y turrón
así que les preguntamos donde estaba para encontrárnosla en un banco de la
plaza en el que se encontraba la verbena con la cara roja y vomitando, los ojos
los tenía muy marcados por las venitas de hacer tanto esfuerzo por vomitar.
Las amigas nos pidieron que por favor la lleváramos a casa
así que Pocho se arremangó y la cogió por los hombros y yo por los tobillos.
Andamos varias cuestas empedradas e intentábamos darle un poco de conversación
a Petunia que a duras penas lograba gesticular una palabra incluso tenía su
largo pelo un poco manchado de vómito.
Al llegar a la casa antigua, propiedad de sus abuelos la
metimos la cabeza en la ducha se lo lavamos un poco y se lo enrollamos con una
toalla después de secarlo luego la metimos en la cama y tras la última arcada
la dejamos un recipiente al lado del cabezal y vestida pero sin los zapatos la
tapamos para que se durmiera.
Después Pocho y yo decidimos no volver a la verbena preferimos
coger la bicis y darnos una vuelta por la naturaleza de noche con las linternas
y las cámaras de fotos para nuestro fanzine.
La noche era clara y fresca como solo se consigue en un
pueblo… Y esto es todo.
Relato Manu Cueva.

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