La historia del vestido de novia de Petunia.

Era una mañana fría y Pocho (El de los cuernecitos y la bufanda) me llamo porque Petunia quería vernos a los dos.

Cogimos las bicicletas y aunque la de Pocho es más pequeña porque él es más bajito, iba mucho más rápido que yo y entonces pensaba que debía ser cosa de la estatura y el peso.

Llegamos a una tienda que vendía trajes de boda y en la puerta estaba Petunia bastante seria porque llegamos algo tarde, Petunia después de regañarnos un poco nos dijo que nos necesitaba porque pensó que sería bueno que le diéramos nuestro punto de vista sobre un vestido que se tenía que poner para su boda. Nosotros no sabíamos que Petunia se casaba y le dimos dos besos y unos piquitos para felicitarla, después nos dijo que pasáramos.

En la tienda la dueña nos saco pastelitos y empanadillas de muchas cosas en una bandeja mientras Petunia estaba en el probador de hecho la dependienta nos dijo que podía tardar un buen rato ya que probarse un vestido de novia podía ser extenuante ya que son caros y muy delicados además tenía que decidirse por uno que debía de ser el que tendría que llevar en la ceremonia, la señora era muy buena y al ver que teníamos sed nos sacó unos refrescos.

Pocho y yo nos sentamos en unas sillas y mirábamos los maniquíes que adornaban la tienda con vestidos y trajes, bueno también de vez en cuando comíamos y mirábamos al techo porque con cada traje que se probaba Petunia tardaba un buen rato, nosotros le decíamos que estaba guapa pero ella siempre nos mira a la cara y decía ¡Este no vale para mi boda!

Después de probarse diez o doce vestidos Pocho y yo estábamos un poco cansados y salimos un rato a tomar el aire pero cuando entramos y vimos a Petunia nos quedamos con los ojos como platos y la boca muy abierta de la impresión ya que valga la redundancia Petunia llevaba un vestido espectacular y cuando Petunia nos miró sonrió exclamando… ¡Por fin! ¡Me quedo con este vestido! Bueno y esta es la historia del vestido de novia de Petunia.

Texto Manu Cueva…. Espero sea de agrado.