martes, 15 de abril de 2014

Hiedra venenosa.

Tu cuerpo solo sirve para calmar
La sed de otros cuerpos
No tratas el alma ni los sentimientos
Vives a merced de aduladores
Que se disfrazan por la noche
Para no pagar nada

Dulce hiedra venenosa
Tus labios me saben a nada

Vives para hacer daño
Tu espada es la crueldad
El no sentir nada
Prevaleciendo a veces pública
Querida
Temida y odiada en el anonimato

Dulce hiedra venenosa tus labios
Junto con la saliva de tu boca
Enferma y mata

Ten presente que hasta las serpientes
Temen tu lengua
Que solo los incautos
Creen que tus caricias son sinceras
Solo los desterrados a los que despojas
De todo lo que tienen
Creen que eres una bella persona
Porque como en hilos de araña
De mentiras y crueldades
Te manejas como nadie
Y por eso te evitará
Por mucho que intentes apresarle

Solo por ti y para ti
Linda y querida, amarga
Como la hiel
Dejo que se pudran tus encantos
Estimada y odiada
Hiedra venenosa que por las noches floreces
Y de día no dejas rastro.
Poesía Manu Cueva.

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