Cada vez que salía al teatro
Le invadía un odio
Infinito
Hacia su público
Una mirada que mata
Que a duras penas
Lograba disimular
Guardando su cordura
Pero ya no le quedaba lugar
Un amor fraguado
Que ya no volvió
A recuperar
Perdida en los inmensos
Recovecos
De la ira
El stress
Y los focos
Su corazón
No lo pudo soportar
Y perdió a su compañera
A su guía
A su luz de vela
En un pasillo
De oscuridad
Perdió a quien más quería
A quien no se dejaba
Engañar por adulos
Y mentiras
A quien con sus manos
Su cuerpo podía
Calmar
A quien con su sonrisa
Era su signo
De complicidad
Todo por una marea
Incesante
De periodistas
Que cada día
Metían el dedo
En la llaga
Un poco más
Y más
Y más
Mirada fría
Mirada de guerra
Y con el hígado
Molido
Solo unos meses más
Antes de enloquecer
Pudo
Aguantar.
Poesía manu cueva.
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