Dos dependientas
De una tienda de ropa
De bastante cosa
Debaten con sus
Labios pintados de rosa
Vestidas de negro
Pues elegante
Para su negocio
Con colgantes plateados
Representando un corazón
Enjaulado
Y la otra un pájaro
Batiendo las alas
Tan guapas como las hadas
En la cafetería
Donde las miradas
Se cruzan como espadas
Un caballero las ha visto
Pero no quiere hacerse el listo
Y se queda disimulando
Pensando
Las dependientas hablan
Qué crees
Te gusta que se calienten
En cómo romper el hielo
Con nosotras
Y la otra contesta
Me encanta que lo hagan
Para ver que frases sacan
Y cogerles en estocada
Hacerles pasar algún apuro
Es lo que me encanta
La otra contesta crees que canta
Y de repente lo miran
Y sonríen
Y él desde su mesa
Baja la mirada
Mirando de reojillo
A aquellas bellas
Y peligrosillas del alma
¿Tú te lo llevarías a la cama?
Y la otra contesta
Es tan vergonzosillo
Que igual nos trata
Como una dama
Puede ser
Vete a saber
Lo que puede tener
Y después de tomarse
El café las dos se van
A trabajar
Y él misterioso hombre piensa
Otro día
Lo volveré a intentar
Si la oportunidad
Me permite pasar.
Poesía manu cueva.
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