La gira (Relato corto)

En plena era de los ochenta los supervivientes del espectáculo como el malogrado empresario palomares con su taller de fontanería sigue buscando el dorado que le permita vivir bien, así que gracias a su fiel cuñado que se pasa los fines de semana en las discotecas financiado por él ojea posibles candidatas para bailar y cantar en fiestas de pueblos de este gran país…

Palomares, no te lo vas a creer, esta vez sí que he encontrado una joya en potencia…

¿Te la has tirado?

No esta no se ha dejado.

Puede que tenga talento, ¿Canta bien?

Regular pero esta súper buena mira la foto.

¡Vaya bombón! Bueno se nos echa el tiempo encima y se empiezan a disputar los espectáculos en los pueblos ya tengo apalabrados unos cuantos y si todo va bien y la estrella soporta el rigor de la fama quizá tengamos suerte con los locales, las otras no duraron mucho… Que venga pasado mañana y nos conocemos.

Empieza la gira…

Así que te llamas Romualda.

¡Si! ¿Cuánto me vas a pagar?

Depende de lo que recaudemos una gira lleva muchos gastos de momento tu nombre artístico será Vanessa además te pega mas y veras que si lo haces bien quien sabe quizá esta furgoneta sea la antesala de tu futuro jet privado como las grandes estrellas.

¿Lleváis músicos?

No Vanessa, algo mejor un radiocasete estéreo y cintas orquestales para que solo tengas que poner tu voz… y veo que has traído tu vestuario como te dije.

Si lo llevo en la maleta.

Espero no te importe pero por el bien del negocio igual tenemos que pasarle la tijera a algunos vestidos, no te preocupes quedará bien el verano tiene mucha demanda, bueno será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes.

Rumbo hacia el primer pueblo donde darán los tres intrépidos sus primeros espectáculos el silencio y la concentración reinan en la cochambrosa furgoneta con restos de grasa y moho en los asientos… Cuando ya se empieza a ver el primer cartel…

Bueno nos quedaremos aquí en las afueras e ir ensayando mientras yo voy al bar del pueblo para contratar seguridad para esta noche y hablar con el alcalde.

Palomares entra en el bar y enseguida cala a los más brutos del pueblo a los que invita a comer y les ofrece vino gratis y un par de duros si hacen de guardaespaldas de su estrella.

(Continuará)