Bartolo acaba de llegar a la ciudad y se encuentra caminando
por las calles observando el trajín de ir y venir de gente apresurada de manera
atónita cuando nota que alguien le toca el brazo.
-Hola, pareces simpático… Perdona que te moleste, necesito
un favor… Mi taxi me está esperando pero la tarjeta no me va ¿Me puedes dejar
50 Euros para pagar el taxi? Es que el hombre tiene prisa, mira el taxi está aquí
al lado y mi novio enseguida viene con dinero pero el taxista tiene prisa.
- Es que usted es muy guapa y me han dicho que en la ciudad
no me debo fiar de las chicas guapas porque son malas así que perdona pero no.
-Pero bonito… En la ciudad hay chicas guapas buenas también y
yo soy de las buenas mira mi cara no ves que cara de buena persona tengo, anda
déjame los 50 Euros que enseguida te los devuelvo.
-¿Estás segura que eres de las chicas guapas buenas?... Mira
que eres muy guapa para ser buena.
-! Que majo! Que si bonito anda déjamelos que el taxista al
final me va a cobrar de mas.
-Vale te creo toma 50 Euros.
-¡Gracias! bonito espera que voy al taxi a pagar.
Bartolo se queda mirando a la chica guapa que se dirige
apresurada a un taxi para ver que se adelanta al taxi para montarse en un coche azul con cristales oscuros que al
subir desaparece en el tráfico.
Bartolo no percibe el engaño y se queda esperando una hora a
que vuelva con el dinero la chica guapa y buena… Luego esa hora se convierte en
dos y luego en tres y Bartolo ya cansado decide irse pero tiene hambre y solo
le quedan dos Euros para comer preguntándose interiormente ¿Por qué tarda
tanto? ¿Le habrá pasado algo? Bartolo se pone a caminar para buscar algo de
comer barato mientras hojea periódicos callejeros tirados en el suelo en busca
de trabajo.
Relato Manu Cueva… Espero sea de agrado.
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