Un cálido verano en un rio de las montañas, empieza a caer
la tarde y una pareja se queda sola mientras los peces del rio se preparan para
dormir…
Vente Dorotea que el agua ahora está muy rica… Dorotea un
poco desconfiada pero con un impulso de emoción se va con Jacinto rio adentro…
Oye Dorotea, a veces me lo pregunto ¿Es duro sentirse
observada, sobre todo con un bikini tan bonito?
Por favor no trates de seducirme Jacinto creo que esto ya lo
habíamos hablado.
Lo se Dorotea solo es hablar te prometo no intentar nada.
Dorotea sonrie y dice pues si pero a veces es emocionante,
imagínate que todo el mundo pasara de ti, sería tambien malo, ademas me
sorprende que todavía a estas alturas del verano y todo el mundo depilado tu
aún no lo hayas hecho.
Es que así me siento mas animal, quizá sea un poco
antiestético pero totalmente pelado los hombre parecen mas niños decía mi padre
y hablando de seducir, sabes que una sonrisa tuya produce ese efecto de
seducción aunque no te lo propongas quizas cuando sonries parece que invitas a
quedarse contigo.
Solo es una sonrisa Jacinto, pues ahora que lo dices puede
ser verdad, no me había dado cuenta, por eso me cuesta tanto estar sola.
Es una sonrisa bonita Dorotea… Oye… quiere un masjito en los
hombros y en las manos?
Bueno vale si me prometes no intentar nada y si me dejas
tocar el pelazo de tu pecho, tengo curisidad por saber como es ese pelo…
Vale toca.
Vaya es raro, no es del todo como el de un perro pero
tampoco como el de la cabeza.
Bueno date la vuelta Dorotea para que te pueda masajear los
hombros ¿Ves has visto como el agua
estaba buena?
Si la verdad es que está deliciosa.
Y allí se quedaron los dos hasta un poco entrada la noche y
comenzo ha hacer un poco de frio.
Relato manu cueva.
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